Voy a hablar en este post de un puente, que aunque no llegó a pasar ninguna carretera por él, comparte el mismo destino que otros muchos puentes de los que he hablado en este blog, quedar inundado por las aguas de un embalse.
La imagen del puente que quedó en la memoria de los que lo conocieron fue la siguiente.
Hablo del Puente del Conde de Miranda o Puente del Conde, sobre el río Tajo.
Está situado en la frontera de los términos municipales de Berrocalejo y la inundada Talavera la Vieja, que era delimitada por el río Tajo.
El puente que conocemos no es romano, pero se construyó sobre los cimientos de uno romano, obra se cree de Cayo Julio Lacer hacia el siglo I-II, formando parte de la calzada romana de Mérida (Emérita Augusta) a Toletum (Toledo) por Talavera la Vieja (Augustobriga), arruinándose tras la caída del Imperio Romano.
En el siglo XV se construye el que conocemos por el segundo Conde de Miranda, Don Diego López de Zúñiga, que daría nombre al puente, como paso del río Tajo en las tierras de su propiedad que abarcaba ambas orillas del Tajo y para cobrar el pontazgo a los rebaños de la Mesta pues por él discurría un cordel.
Tiene, y digo tiene porque el puente sigue existiendo aunque no podamos verlo, una longitud de unos 135 m y una altura superior a 30 m, con cinco arcos de medio punto desiguales que arrancan desde los pilares, el mayor con una luz de 15 m y el menor de 3 m.
Tiene además otros 4 arcos, uno en la margen izquierda y otros tres más pequeños en la parte superior del puente en su margen derecha.
De construcción posterior, parecen ser remedos para aumentar la capacidad de desagüe del puente, una vez comprobada su incapacidad en avenidas anteriores. De hecho el puente es una sucesión de añadidos.
Está situado cerca de la atalaya de Peñaflor, de la que hoy no quedan más que la cimentación al pie de la risco del mismo nombre.
(Foto: Antonio González Cordero) |
Su origen romano lo confirma además la presencia de un miliario de la citada calzada que discurría por él.
(Foto: Antonio González Cordero) |
En los mapas actuales no es posible verlo debido a la inundación producida por el embalse de Valdecañas.
La historia del puente ha sido convulsa y aparece con el arco principal volado, tal y como podemos apreciar en la foto aérea del vuelo americano de 1945.
El 24 de diciembre de 1809, durante la guerra de la Independencia fue cortado el arco central por las tropas españolas y los habitantes de Talavera la Vieja y Berrocalejo que lo defendían, para evitar el paso del ejército francés invasor.
Las voladuras de los arcos no se limitaron a este puente, sino que también las sufrieron el puente de Alcántara, el del Cardenal y el de Almaraz.
Las voladuras de los arcos no se limitaron a este puente, sino que también las sufrieron el puente de Alcántara, el del Cardenal y el de Almaraz.
Sin embargo, a pesar de estas acciones tan expeditivas, los franceses ya habían pasado más al este por el puente del Arzobispo.
Ciertamente la guerra de la Independencia supuso un destrozo del patrimonio viario en la zona de Extremadura.
De todos los puentes volados, este fue el único que no se llegó a reparar.
Su infausta historia vino a rematarse con la construcción del embalse de Valdecañas en 1963, que supuso su inundación.
En la siguiente foto podemos ver la inundación producida y la práctica desaparición de la vista del puente.
En la actualidad se encuentra totalmente cubierto por las aguas y solo en contadas ocasiones se ha podido volver a ver, por ejemplo, en el verano de 2009, en que el descenso del nivel de la presa debido a la gran sequía padecida, ha dejado al descubierto su parte superior.
En las siguientes fotos podemos verlo emerger de las aguas.
Esto obliga a tener cuidado cuando se navega por la zona, pues los pretiles del puente pueden producir grandes averías a las embarcaciones.
Y cuando el nivel de las aguas es muy bajo, puede llegar a ser visitable.
(Foto: Pablo Alfonso Recuero) |
El puente del Conde no tuvo la suerte de que fuera considerado su salvamento o traslado como otros que hemos visto en este blog, como el de Alconétar o el Pontón del Guijo de Granadilla, y quedó inmisericordemente bajo las aguas del embalse de Valdecañas, quizás porque ya no quedara nada de él que fuera romano o porque nadie con influencia se interesara por él.
El embalse no solo hizo desaparecer este puente, sino también una localidad entera como Talavera la Vieja, la antigua villa romana de Augustóbriga, tal y como contamos en el post del puente de Alarza.
Solo quedan en el recuerdo las viejas fotos del puente antes de la inundación.
(Foto: Antonio González Cordero) |
(Foto: Antonio González Cordero) |
Otro puente que se perdió y sirva este post para no olvidarlo.
Por último agradecer a Pablo Alfonso Recuero y Antonio González Cordero su información y fotos que han servido para la realización de este post.
Por último agradecer a Pablo Alfonso Recuero y Antonio González Cordero su información y fotos que han servido para la realización de este post.
8 comentarios:
Tenemos mucha histora ahogada o simplemente olvidada. Menos mal que de vez en cuando aflora. Saludos.
Gracias por el comentario. Un saludo, Santiago.
Una historia triste de las tantas que tenemos en Extremadura. Gracias por todo lo que nos cuentas en tu blog.
Muchas gracias por tus palabras, Luisa.
Efectivamente, una de tantas historias tristes de Extremadura.
Un saludo
Gracias Emilio,por darnos a conocer esos datos tan interesantes,soy unos de los damnificados habitantes de Talavera la Vieja,hasta los 10 años disfruté de las calles,empedradas y rectas, recuerdo cada rincón de mi desaparecido pueblo,ahora solo nos queda estudiar la historia de los Vetones-Evora,los Romanos-Augustóbriga,los mármoles,curia romana etc.
Actualmente vivo en Talavera de la Reina,jubilado.
Y en esas curiosidades sobre las historias de mi pueblo encontre tú relato que me pareció muy interesante.
GRACIAS saludos.
Muchas gracias por tu comentario, anónimo lector.
En esa tierra de pantanos, muchos puentes se han perdido bajo las aguas, pero que una localidad como Talavera la Vieja se haya perdido, es difícilmente asumible.
Recuerdos de los que la habitaron se van perdiendo con el paso del tiempo.
Unos dicen que es el precio que hay que pagar por el progreso.
Será así, pero para determinadas personas es muy caro.
¿Qué le vamos a hacer?
Un saludo
Emilio M. Arévalo Hernández
En Romangordo hay un pequeño museo que habla de esto, está muy bien
Muchas gracias por tu comentario, Anómino.
Intuyo que corresponde a la entrada de "El puente de Almaraz o de Albalat".
Un saludo
Emilio M. Arévalo Hernández
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