En un post anterior traté el tema de los puentes de Mérida. Hoy toca hablar de uno de ellos, el de Carlos Fernández Casado o Puente Nuevo de Mérida.
Ya sé que hay otros puentes muy importantes en Mérida, pero por éste siempre he tenido una especial predilección.
Es un puente de los años cincuenta, posteriores a la guerra civil, de escasez de materiales de construcción, con cemento racionado. Es de unas dimensiones colosales que se aprecian mucho más cuando paseas por debajo de él, cosa que se puede hacer una vez acondicionado un parte del cauce como parque.
El puente estuvo incluido en las obras previstas en el Plan de Modernización de 1950 que culminó las obras de la variante a Mérida, de la carretera N-V, de Madrid a Badajoz, denominación adoptada por el entonces reciente Plan Peña de 1940.
En la siguiente foto aérea de 1948 podemos ver que se habían empezado los movimientos de tierra de la variante a Mérida El puente aún no se había iniciado.
En 1956 disponemos de otra foto, del vuelo americano, en la que podemos ver que el puente estaba en plena construcción, con las pilas realizadas y se empezaban los arcos, desde la orilla norte del río Guadiana.
Es un puente que conceptualmente es deudor del puente romano, con ese aligeramiento del tímpano sobre la pila, entre los arcos.
El puente consta de ocho arcos rebajados de 60 m de luz y 9 m de flecha. Una longitud total de 592,50 m.
El tablero tiene una anchura total de 19 m. Ya estaba pensado para soportar 4 carriles de circulación, dos por sentido. Inicialmente la variante era una carretera convencional de dos carriles, aunque posteriormente, con el crecimiento de Mérida, se amplió a 4 carriles.
La sección transversal de los arcos estaba formada por dos bóvedas gemelas de hormigón de 4,75 m de anchura y espesores que variaban desde los 1,60 m en clave hasta los 2,20 m en los arranques. Estaban separadas 6 m.
El proceso constructivo se inició con las pilas en el cauce.
La bóvedas se construyeron mediante tres cuchillos longitudinales prefabricados y triarticulados sobre los que se hormigonaba el conjunto de la bóveda.
El siguiente esquema muestra cómo se construyeron los arcos.
En el siguiente esquema puede apreciarse, arriba a la derecha, el plan de hormigonado de los cuchillos hasta conseguir el arco totalmente terminado.
Los arcos tienen una directriz en forma de catenoide, correspondiente al antifunicular de carga permanente y sobrecarga de 60 t en clave.
Para comprobar el correcto funcionamiento el arco proyectado, se hicieron modelos a escala y se les sometió a las cargas equivalentes de proyecto.
Hasta la rotura.
En la obra, los cuchillos se construyeron en dos semiarcos independientes bajo su posición definitiva. Los de la zona del río se prefabricaron sobre islas artificiales.
Los anillos se levantaban primero de un extremo para situarlos sobre los salmeres, o primeras dovelas del arco, y una vez en esa posición se izaban desde una torre central con potencia suficiente para elevar simultáneamente los cuatro grupos de tres semianillos que forman un vano.
A continuación podemos ver las fases de montaje de los semianillos.
La elevación se hacía girando los semianillos sobre los salmeres, hasta que se apoyaban uno contra otro en clave por medio de una articulación provisional, lo que permitía retirar la torre.
Este proceso no estuvo exento de accidentes y algunos cuchillos acabaron rotos en el cauce del río Guadiana.
Después se disponían los encofrados de la sección definitiva del arco, apoyados en los cuchillos que actuaban de armadura autoportante y se hormigonaban, quedando los mismos, en el interior de la estructura.
Una vez completados los arcos, se hormigonaban los tímpanos y se les daba el acabado definitivo.
Después se completaba el tablero mediante losas prefabricadas pretensadas.
Algunas perspectivas de la obra del puente podemos verlas a continuación.
El acabado del puente incluía un pretil de piedra, bastante más seguro que la barandilla metálica dispuesta por el ministerio antes de la transferencia del puente al ayuntamiento.
El puente se finalizó en 1959, fecha en la que fue puesto en servicio.
La imagen del puente en el año 1960 era el siguiente:
Un magnífico puente de un magnífico ingeniero de caminos, D. Carlos Fernández Casado, cuyo biografía, con descripción de las obras proyectadas y realizadas pueden consultarse en el siguiente enlace. Fue maestro de D. Javier Manterola Armisén.
Los datos y las fotografías han sido obtenidas de la magnífica página del Centro de Estudios Históricos de Obras Públicas y Urbanismo del CEDEX, Ministerio de Fomento. (enlace).
7 comentarios:
Publicar un comentario