domingo, 31 de agosto de 2014

El puente "romano" de Medellín

En la localidad pacense de Medellín suelo pasar parte de mis vacaciones. Es un lugar histórico y un importante paso del río Guadiana desde tiempos inmemoriales.

Tal es así que actualmente existen dos puentes para el paso del río en dicha localidad. El antiguo del siglo XVII y el moderno, para evitar los problemas de circulación del antiguo, de 2002 que conformó una nueva variante a Medellín de la EX-206.


Los orígenes de la localidad de Medellín, en Badajoz, se remontan al siglo I antes de Jesucristo. Parece ser que debe su nombre a Quinto Caecilius Metellus, que fue cónsul en el 80 antes de Jesucristo. Por la fecha parece ser que fue de las primeras en la península. Aunque todo lo anterior, a pesar de ser atractivo, no es seguro.

No debió ser una colonia muy próspera, teniendo cerca a Emérita Augusta (actual Mérida), fundada en el 25 antes de Jesucristo, aunque dispuso de un teatro, construido probablemente en la época de Augusto, con restauraciones posteriores del siglo III o IV.


Se convirtió en un paso importante del río Guadiana y al discurrir por ahí la calzada que por Medellín iba de Córdoba a Mérida, se planteó la necesidad de hacer un puente, sorprendentemente cerca del de esta última localidad.


Del puente romano que se construyó ya apenas quedan restos, aunque todavía está extendida la denominación de romano al existente puente de 1630, que de romano sólo tiene las piedras que se tomaron del romano en ruinas para su construcción. La antigüedad da fe la placa que existe en la hornacina central del puente.


El puente romano se situaba aguas abajo del puente actual, a unos pocos metros. En la siguiente fotografía podemos ver la situación aproximada del mismo.


Del mismo sólo pueden verse los restos de las pilas en la margen derecha y el estribo izquierdo en la localidad de Medellín.

La zona donde es posible ver todavía los restos de las pilas se indica a continuación.


En la foto aérea de más resolución puede incluso apreciarse las diferentes pilas.


En el vuelo americano, Serie A, de 1945-46, pueden verse los restos de estas pilas en ambas márgenes.


La misma zona, en unas fotografías que tomé en 2008 desde el puente actual, puede verse la sucesión de las bases de las pilas en ruinas.


El estribo izquierdo todavía puede verse en la actualidad.


Refiere su historia Don Antonio García Bellido en su artículo "El puente romano de Medellín (antigua Metellium)", publicado el Archivo Español de Arqueología en 1953, en el que además aporta fotografías de su visita.

Estribo izquierdo. Foto: Antonio García Bellido.
Estribo en 2008.
El puente romano tenía 28 arcos, es decir, 8 más de los que cuenta el puente del XVII y esto era debido a que teniendo aproximadamente la misma longitud, los arcos tenían menos luz.

Los arcos centrales tenían más luz que los de los extremos, por lo que parece que el puente tenía una suave pendiente hacia ambos extremos, culminado en el centro.

D. Carlos Fernández Casado, en su magnífica obra "Historia del puente en España. Puentes romanos" se ocupa de él y lo visita aprovechando los viajes al puente de Mérida durante su construcción, coincidiendo con Antonio Garcia Bellido en las medidas de las luces de los arcos, que oscilaban entre los 10 y 15 metros.

Su longitud debía ser de 400 metros aproximadamente.

Una reconstrucción ideal del puente según Antonio García Bellido sería:

Esquema: Antonio García Bellido
La longitud total del eje de las pilas era de 12,50 metros, duplicando al ancho de la vía que discurría sobre ellos que era de 6,20 m, como puede apreciarse en el estribo izquierdo. Si se le restaba el grosor de los pretiles quedaba para la vía 5 metros, anchura media de las calzadas romanas.

Esquema: Antonio García Bellido
En la siguiente foto de 2008 puede verse la forma de la pila.


La obra era de un hormigón de cal ciclópeo e iba revestida, a modo de encofrado perdido, de sillares bien labrados en buena caliza del lugar. En la siguiente foto puede apreciarse la disposición de los sillares.

Foto: Antonio García Bellido.
La misma pila en 2008. 


Foto: Antonio García Bellido.
No sólo pueden verse restos de los cimientos de las pilas, también de una bóveda arrumbada.

Foto: Antonio García Bellido.


La construcción del puente romano la data D. Antonio García Bellido en la época de Augusto, igual que el teatro. D. Carlos Fernández Casado, aplicando su criterio ingenieril lo sitúa muy posterior al de Mérida, pues la construcción de un puente tan cercano era un dispendio que los romanos no solían acometer.

Poco sabemos de las vicisitudes que pasó el puente hasta el siglo XVI. La "I Crónica General de España" indicaba que en 1236 se pasaba el río Guadiana por Medellín en barca, por lo que se supone que estaba prácticamente inutilizado. Es fácil suponer que durante largos periodos de tiempos no sirvió para pasar el río Guadiana.

Una de las múltiples restauraciones fue en el año 1525, cuya finalización se demoró hasta 1575. La restauración fue tan importante que muchos autores consideran que era un nuevo puente, distinto del romano, el "puente renacentista" del siglo XVI. Lo cierto es que, puente nuevo o no, estaba en el mismo sitio que el romano y aprovechaba sus pilas y, por ello, otros autores no lo consideran un puente nuevo en el sentido estricto.

De ahí que el título del post ponga el atributo de romano entre comillas, pues el puente al que me refiero no lo era, aunque estuviera, presuntamente, en el mismo sitio.

Sin embargo, el "puente renacentista" sólo iba a durar 28 años en servicio.

En efecto, el puente dejó de existir la noche de la gran riada del 20-21 de diciembre de 1603. Riada que según Don Gregorio Fernández Pérez, en su Historia de las antigüedades de Mérida, cubrió todo el puente de Mérida y arruinó la mayor parte de la obra que en él habían hecho los godos.

Las causas de la ruina parecen ser debidas a la inexistencia de tajamar aguas abajo que originaba remolinos que produjeron la socavación de los cimientos de las pilas. Este deficiente diseño debió producir constantes problemas al puente hasta su ruina definitiva en 1603, diseño que no se repitió en el nuevo.

Restos de pila con tajamar sólo aguas arriba
La primera piedra del nuevo puente se puso el 6 de junio de 1612 y se dio por terminado en 1630, pero esa es otra historia...

ACTUALIZACIÓN: Se están llevando a cabo en la actualidad la excavación de los restos citados, mediante la retirada de todo el material aluvial que tapaba parcialmente las pilas derruidas.

Realizadas las excavaciones por el arqueólogo Santi Guerra de la Junta de Extremadura, persigue ver más claramente la totalidad de los restos y poder determinar si el puente pudo tener su origen en uno romano preexistente.

Las fotos de las excavaciones las podemos ver aquí.

(Foto: José Manuel Jerez Linde)
(Foto: José Manuel Jerez Linde)
De una primera inspección de los restos aflorados, nada parece indicar que sean romanos.




Por las marcas de canteros que se han encontrado en este puente y el de 1630, parece claro que fue utilizado como cantera para el nuevo. Sillares del antiguo fueron utilizados en el de 1630.

(Foto: Dovane63)

(Foto: Dovane63)
Parece ser que también excavarán la margen izquierda, en la que se puede ver todavía el estribo y que el vuelo americano de 1945 parece mostrar restos de otras pilas que intentarán ser descubiertas.

Que los restos aflorados hasta ahora no sean romanos no permite asegurar que el citado puente romano estuviera en esa misma situación ni tampoco descartarlo.

Quizás si en las excavaciones de otras pilas aparecieran en sus cimientos primeras hiladas de sillares romanos, permitiría situar el puente en el mismo lugar, aunque los restos de este serían mínimos.

Estaremos pendientes del resto de las excavaciones y de los resultados que se obtengan y los publicaremos en este blog.

1 comentarios:

Asociación Histórica Metellinense dijo...

Me parece un gran artículo donde la profundidad científica se mezcla, admirablemente, con el nivel divulgador.

Sólo una observación. Hoy, algunos autores no dan como seguro que los pilares visibles del puente anterior sean de factura romana, como aseguraba, en 1953, García Bellido. Pero en esa controversia avanza la investigación histórica.